Mención especial de los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia para la ‘Casa-estudio en barrio de pescadores’ de la arquitecta Pepa Díaz

Se alza en Bolnuevo, sacando el máximo partido de las vistas que su peculiar ubicación le ofrece, orientando todos los espacios principales hacia el mar.

El jurado de la XXII edición de los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia, tras evaluar los 81 trabajos admitidos, ha otorgado una mención especial en la categoría ‘Nueva Edificación’ para la ‘Casa-estudio en barrio de pescadores’ de la arquitecta Pepa Díaz ubicada en Bolnuevo. Los galardones son convocados con carácter bienal por la Comunidad Autónoma, a través de la Consejería de Fomento e Infraestructuras, el Colegio Oficial de Arquitectos de la Región de Murcia, la Fundación Cajamurcia y Caixabank.
    Estos premios reconocen la calidad de los trabajos de arquitectura que se realizan en la Región de Murcia, valorando especialmente su aportación a la sociedad, contribuyen a la difusión de la excelencia profesional de todos los agentes que intervienen en el proceso y a las instituciones y organismos implicados.
    Estos galardones se convocan desde 1985 y están enmarcados en la Estrategia de Arquitectura y Construcción Sostenible (EACS) y entre sus líneas de actuación se incluye la difusión a la sociedad de conocimiento de los beneficios de la edificación y el espacio urbano sostenible.

 

 

‘Casa-estudio en barrio de pescadores’  
La casa-estudio se alza en el barrio de pescadores, situada a solano de la playa abierta de Bolnuevo, ésta pretende sacar el máximo partido de las vistas que su peculiar ubicación le ofrece, orientando todos los espacios principales hacia éstas.
    Contemplada desde el mar, la heterogénea volumetría de edificios de Bolnuevo ofrece un aparente perfil de pueblo, presentándose como una disposición de conjunto. Al introducir la nueva casa-estudio – con sus diferentes prioridades – hubo que considerar cuál era su lugar dentro de este contexto.
    La casa-estudio se deshace de las nuevas fachadas del entorno, desvinculadas del pueblo mediterráneo de pescadores donde nace- pertenecen éstas más bien a la respuesta de playa del sector inmobiliario que toda la costa sufre desde los años 90-, atendiendo así al manifiesto propuesto en la Declaración de Davos 2018 (y la que se reescribe en el anteproyecto de Ley de la Arquitectura y calidad del entorno construido) – el diseño del entorno construido, las relaciones entre los objetos y su entorno construido y natural, la coherencia territorial, la escala y la materialidad, son factores que tienen un impacto directo en nuestra calidad de vida-. Desde el desarrollo del concepto de Baukultur establecido en dicha declaración, reconociendo la importante contribución de un entorno construido de alta calidad que permite lograr una sociedad sostenible; siendo conscientes de la tendencia a la pérdida de calidad tanto en el entorno construido, reflejada en la banalización de la construcción, en la falta de valores de diseño, incluyendo la falta de preocupación por la sostenibilidad, el aumento de la dispersión urbana y del uso irresponsable de la tierra, el deterioro del tejido histórico y la pérdida de las tradiciones e identidades regionales, se establecen las bases de esta edificación.

 

 

Ésta se asienta sobre una base donde queda parte de la memoria de la vivienda que existió, en su interior, se conserva la piedra original de la antigua casa, quedando el volumen superior suspendido sobre un espacio vacío dónde tiene lugar la vegetación- de espartos, romeros y lavandas- autóctona del levante peninsular, impulsando la bio-habitabilidad. A modo de estante, situado entre estas dos condiciones, una gran terraza cubierta deja un espacio de aire libre abierto a la playa, y a su vez, su silueta, sus anexos angulares de piedra arenisca en suma con sus vacíos enmarcados de blanco ofrecen la imagen de algo nuevo y sorprendente.
    En el interior, los mismos volúmenes configuran espacios contenedores – construidos con ladrillo visto de piedra arenisca – y espacios de vacío – enmarcados de blancos – que se articular en base a geometrías diferentes, tanto materialidad como disposición geométrica contextualizan las calas de roca, la arena y los tapiales blancos tan vinculados al mediterráneo.

 

 

El contexto familiar y laboral requiere de flexibilidad; por un lado, la evolución familiar, desconocida siempre, demanda sobre todo de zonas de descanso que ofrezcan múltiples combinaciones dependiendo de los grados de intimidad y la edad de los usuarios, permitiéndose así la mejor adaptación a los distintos mapas y situaciones familiares que se puedan establecer. Esa flexibilidad también se establece en la planta del estudio-aparcamiento, posibilitando ampliar éste para trabajo de taller arquitectónico o reuniones grupales, en caso de necesidad.
    La casa-estudio ofrece su compromiso siguiendo criterios de confort y eficiencia energética siendo conscientes de las importantes medidas que la comunidad internacional ha adoptado en aras de la sostenibilidad medioambiental, aportando su granito de arena a la salud y al bienestar de las personas y el planeta. En primer lugar, ofrece sostenibilidad desde sistemas pasivos: dispone de grandes aperturas al exterior para potenciar la entrada de luz natural al interior de la vivienda, con orientación sur-norte, protege a sur con voladizos que permiten la entrada de sol en invierno, y proyectan sombra en los meses de verano; permite ventilación cruzada en todas las plantas. Además, dispone de aerotermia para consumo de ACS y climatización; cuenta por otro lado con sistemas de paneles fotovoltaicos capaces de reducir 5,3 kW de energía para autoconsumo; y se ha incluido un sistema de recirculación de agua en los elementos de baño – el agua de lavabos se emplea en inodoros -.

 

 

Por otro lado existe un compromiso con el reciclaje arquitectónico y la ecología, la casa-estudio no sólo reutiliza el inmueble, y su implantación contribuyendo a reducir el impacto ambiental tal y como recoge los ODS nº 11 y 12 Agenda 2030, sino que además reutiliza la piedra del muro de fachada principal existente exponiendo la materialidad de nuevo en ésta en el interior del estudio. En cuanto a la obra nueva se realiza con: piedra – principalmente apuesta por los ladrillos de piedra arenisca vistos que se utilizan tanto en fachadas como en el interior de la casa – material de km.0 con diferentes espesores en fachada o interior – proceden de los restos de bloques que van quedando en fábrica al despiezar estos para otros productos, por ello se considera un subproducto reciclado; morteros y revocos son naturales certificados, eco-compatibles de cal natural pura NHL 3.5 con idoneidad GreenBuilding; madera de pino tratada con barnices al agua desprovistas de emisión de COVs así como de arseniato de cobre.

Arquitectos invitados
Destaca la participación en el jurado de estos premios del arquitecto invitado César Jiménez que es el reciente ganador del Premio Nacional de Arquitectura 2023 por ‘La Casa en Rojo’, el mayor galardón nacional en esta disciplina. Es socio del estudio ‘Entresitio’ y profesor asociado de proyectos arquitectónicos en la ETSAM y, desde 2013, profesor titular en New Jersey Institute of Technology (NJIT), en Estados Unidos. Asimismo, es Master of Science in ‘Advanced Architectural Design’ por la Universidad de Columbia, NuevaYork, como becario Fulbright.
    La arquitecta Belinda Tato también interviene en el jurado como arquitecta invitada. Pertenece al estudio de arquitectura Ecosistema Urbano, es experta en temas medioambientales y transformación urbana y Premio de Arquitectura Española Internacional 2017 en la categoría de Urbanismo.
    Además, forman parte del jurado el director de Territorio y Arquitectura, Jaime Pérez Zulueta, y la decana del Colegio de Arquitectos, María José Peñalver, que actúan como presidente y vicepresidente respectivamente. Entre los vocales del jurado se encuentra el director general de Vivienda, José Francisco Lajara; la subdirectora de Territorio y Arquitectura, María de la O Chica; el arquitecto de la Fundación Cajamurcia, Ángel Gil; el representante del Colegio de Aparejadores, Plácido Ballesteros; la secretaria general de Frecom, María Luisa Lucas; el director de la Escuela de Arquitectura de la UPCT, Carlos Parra; el director del Grado de Arquitectura de la UCAM, Francisco Sánchez Medrano; y los arquitectos representantes del Colegio y la Comunidad Félix Santiuste, Domingo Caravaca y Eva Alarcón, actuando esta última en calidad de secretaria del jurado.