PROYECTO DE PEPA DÍAZ ARQUITECTA
De vivienda estándar de los 80 a una casa-oásis con pérgolas ‘habitables’: así fue esta reforma en Mazarrón
PROYECTO DE PEPA DÍAZ ARQUITECTA
De vivienda estándar de los 80 a una casa-oásis con pérgolas ‘habitables’: así fue esta reforma en Mazarrón
La que era una vivienda estándar de los años 80 en una zona urbana de Mazarrón se ha transformado en una casa-oasis, mediterránea y muy contemporánea gracias a una serie de pérgolas que amplían los espacios y crean nuevos ambientes. Se trata de una reforma acometida por el estudio local Pepa Díaz Arquitecta para una joven pareja, que ha comenzado en este inmueble su vida independiente.
‘Pérgolas habitables‘ es el nombre del proyecto para reformar esta vivienda ubicada en el límite entre urbanización y casco de Puerto de Mazarrón; una intervención que, además de buscar el bienestar de sus propietarios, ha tenido como objetivo reducir el impacto medioambiental en aras del cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 11 y 12 de la Agenda 2030 aprobados por la ONU.
La arquitecta mazarronera partía de que la vivienda se encontraba en un entorno con poco interés, por lo que en su propuesta la casa y sus anexos se han abierto y volcado hacia la terraza exterior, configurando así un oasis interno -privado- bañado por un constante sol, e intentando encontrar un equilibrio entre el espacio cerrado y abierto. Para esto, Pepa Díaz ha trabajando con la transición de luces y sombras que permiten las pérgolas en el clima mediterráneo de la Región.
Explica esta profesional que «perímetros transparentes, transpirables o inexistentes generan espacios ambiguos y livianos que dan acceso a los habitantes a fingir que viven al aire libre, permitiendo abundante ventilación e iluminación natural y a su vez expandir las actividades simplificadas hoy en día en la vivienda unifamiliar». «Dichas pérgolas -añade- aportan contemporaneidad a la vivienda, pero a su vez su liviandad permite a ésta no suponer una ruptura con el conjunto al que pertenece».
Recuerda en este sentido Pepa Díaz que «un deseo de bienestar debe ser fundamental en toda arquitectura si queremos lograr una armonía entre los espacios que creamos y las actividades que se desarrollan en ellos». Y cita la definición al respecto del arquitecto Jorn Utzon con la que arrancó este proyecto: «… todo ello implica entender la vida desde un saludable sentido común: un entendimiento del andar, del estar de pie, del sentarse y del estar tumbado cómodamente; del disfrutar del sol, de la sombra, del agua que corre sobre nuestros cuerpos, de la tierra y de todas aquellas sensaciones más difíciles de definir».