‘LA FRONTERA MEDITERRÁNEA DE CASTILLA’, UN VIAJE AL VIEJO REINO DE MURCIA

El doctor y profesor de Historia David Munuera presenta en Casas Consistoriales su última obra en la que narra la historia de la costa del sureste hispánico desde el siglo XIII hasta el XVI

 

El Salón de Plenos de las Casas Consistoriales de Mazarrón ha acogido la presentación del libro La frontera mediterránea de Castilla. La costa del sureste hispánico en los siglos XIII al XVI del doctor y profesor de Historia David Munuera. La concejal de Archivo y Bibliotecas, Concepción Aparicio, que ha presidido el acto, ha puesto de relevancia “el enorme saber que atesora este libro sobre una época crucial para la costa murciana, antesala del Mazarrón que estaba por nacer” en el siglo XV con el descubrimiento de las minas de alumbre.

Por su parte, Munuera se ha mostrado agradecido con el Ayuntamiento de Mazarrón, ya no solo por ser el consistorio coeditor de la investigación, sino también por los “vínculos familiares que le unen a la localidad como lugar de veraneo, así como por las propias investigaciones visito frecuentemente Mazarrón”. De hecho, el historiador estuvo implicado en uno de los primeros proyectos de recuperación del Castillo de Los Vélez, allá en el año 1998. Fruto de aquellas labores, colaboró posteriormente en la publicación colectiva El siglo del milagro: casas y villa de los Alumbres de Almazarrón con un artículo sobre la fortaleza.

 

Sinopsis: Un territorio despoblado

 

A mediados del siglo XIII, las huestes castellanas alcanzaban las costas del Mediterráneo peninsular. Junto a la conquista de la Baja Andalucía, supuso el comienzo de la apertura de la Europa atlántica al mundo mediterráneo, tras siglos de control islámico sobre el Estrecho de Gibraltar. Así, y en el contexto de su política europea, Alfonso X el Sabio impulsó una serie de importantes iniciativas que, sin embargo, quedaron interrumpidas pocas décadas después, cuando finalizó el proceso de expansión general de las potencias europeas.

El litoral del Reino de Murcia se convirtió entonces en un inmenso despoblado. Castilla, especialmente durante el siglo XIV, manifestó un claro desentendimiento de los asuntos mediterráneos. Sólo Cartagena, reducida a su mínima expresión urbana, sobrevivió como único núcleo habitado hasta el nacimiento de Mazarrón en la segunda mitad del siglo XV.

Los intereses políticos de los Reyes Católicos y la proyección de la Monarquía Hispánica en el Norte de África y el Mediterráneo occidental, recuperaron el importante papel de Cartagena y el sureste peninsular en el contexto geopolítico de la época. Se convirtió, ya en el siglo XVI, en la auténtica línea de retaguardia del gran frente abierto frente al Islam. Fue entonces cuando la costa del Levante hispánico dejó de tener definitivamente un papel marginal en las maniobras políticas de la corona.