
La pitaya, la fruta de moda en Lidl y Mercadona: se vende a 5 euros el kilo
El mazarronero Miguel Ángel Morales ha creado una mermelada gourmet.
Pionero en suelo murciano
“Las plantas de pitaya tardan mucho tiempo en producir, sin embargo, es verdad que tienen buenos precios, es un producto que se trabaja en la restauración y tiene una gran capacidad de transformación del azúcar”, analiza Andrés Góngora.
Esos factores fueron algunos de los que convencieron a Miguel Ángel Morales para convertirse hace seis años en el primer productor de pitaya de la Región de Murcia. “Fui más pionero que las empresas de viveros”, apunta con tono jocoso este empresario de Mazarrón. En 2015 se desplazó a El Ejido para conocer ‘in situ’ las bondades de la papaya que se cultivaba en la Estación Experimental Cajamar: un centro tecnológico de agricultura intensiva mediterránea.
El objetivo de aquel viaje era buscar una alternativa a la poca rentabilidad de su explotación agrícola. “Fui a ver la papaya porque el tomate y el pepino estaban quemados en el mercado, pero la pitaya me gustó y puse un invernadero con 130 plantas”. En la actualidad cuenta con 5.000 ejemplares. “Mi producción oscila de 30.000 a 50.000 kilos al año y en marzo ampliaré poniendo 2.400 plantas”.
Este experimentado empresario que en los 80 y 90 triunfó con locales de copas en Mazarrón, una de las joyas del litoral murciano, apuesta por ampliar su explotación agrícola porque en cada recolección confirma el potencial de la ‘fruta del dragón’: “Me están pagando de 5 a 10 euros el kilo porque no hay mucha producción en España y es un producto valorado en el mercado”.
Interés científico del Imida
En una comunidad como Murcia, que es la huerta de Europa con más de 100 variedades de cultivos a lo largo y ancho de sus explotaciones agrícolas, Miguel Ángel apenas tiene competencia: la Consejería de Agricultura confirma que sólo hay ocho hectáreas cultivadas entre Mazarrón, Águilas, Cartagena y San Javier. El nicho de la pitaya en territorio murciano está por explotar y este empresario mazarronero acumula seis años de ventaja. “Tengo clientes en Murcia, Cartagena, Alicante y Madrid y exporto a Italia y Alemania mediante corredores comerciales”.
La actividad pionera de estos invernaderos de Mazarrón donde el tomate que plantó el padre de Miguel Ángel, ha sido sustituido por cactus y flores de apariencia exótica, despertó el interés del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario. “El Imida vino a mi finca a coger plantas para hacer ensayos», resalta este empresio, de 49 años, que también permitió a un alumno de la Universidad Politécnica de Cartagena visitar su finca para hacer su trabajo fin de estudios del Grado en Ingeniería Agroalimentaria y Sistemas Biológicos.
Con el paso de los años, Miguel Ángel se ha convertido en un experto sobre este fruta subtropical, a base de empollar libros: “Tiene vitaminas y antioxidantes, entre otras propiedades, y de todas las variedades existentes, que son cientos, nosotros hemos apostado por plantar más de 1.400 ejemplares de la JC-01, conocida popularmente como la ‘reina’, por su pulpa de color fucsia, con semillitas”. El aspecto que presenta al partirla por la mitad es espectacular. “Es muy sabrosa”.
Cada caja la empaqueta con mimo, depositando entre cuatro y ocho piezas, en función del calibre. En 2020 Miguel Ángel tuvo un excedente de ventas y pensó en aprovecharlo para producir la primera mermelada murciana elaborada con pitaya. “La pulpa pelada, de fruta roja y blanca, la llevé a una empresa de confituras para que allí hiciesen pruebas de sabor y textura: no quería que fuese empalagosa”.
En 2021 alumbró la mermelada de pitaya MaryVera: un producto con aires gourmet. “El setenta por ciento es fruta, el resto jugo de limón y azúcar de caña porque es la más saludable”.
En el mercado ya ha puesto a circular 500 kilos de mermelada de pitaya con sello murciano. “Es un producto saludable que combina muy bien con el foie en una tosta: ya tengo siete puntos de venta entre clientes de tiendas gourmet y supermercados locales”. Otra nueva vuelta de tuerca al negocio de la ‘fruta del dragón’.
