La ampliación del cementerio de Mazarrón acaba con la falta de nichos para los próximos cinco años

Comienza la construcción de 600 unidades de enterramiento en la parcela que ocupaba el vivero municipal

En abril estarán terminados los primeros nichos proyectados en la ampliación del cementerio municipal de Mazarrón. Las obras en marcha llegan ‘in extremis’, cuando el camposanto se encuentra al límite de su capacidad, casi sin espacio para acoger más enterramientos. De hecho, en 2022, el Ayuntamiento tuvo que reutilizar un centenar de nichos –tras exhumar los restos– que datan de los años 20 del pasado siglo como solución de urgencia ante la falta de sitio para inhumaciones. La medida despertó reticencias entre algunos vecinos.

La esperada ampliación de la necrópolis aprovecha una parcela dentro del propio recinto, aunque separada por una tapia, que antes ocupaba el vivero municipal. Son casi 1.500 metros cuadrados que podrán acoger hasta 600 unidades de enterramiento. La primera fase prevé la construcción de 80 nichos, explica a este diario la concejala de Sanidad, Carmen Navarro. Los trabajos fueron adjudicados en febrero por casi 92.000 euros (más IVA).

En el cementerio municipal de Mazarrón se practican cada año unas 120 inhumaciones, por lo que la ampliación garantiza su capacidad al menos para los próximos cinco años, calcula la edil. En este tiempo, Navarro espera poder avanzar en las gestiones para conseguir más terrenos aledaños al recinto funerario, en manos privadas, con el fin de acometer un ensanche de la necrópolis de cara a poder garantizar las necesidades futuras.

La Concejalía también trabaja ya en otro proyecto para acondicionar la antigua casa del sepulturero como oficina para la plantilla de enterradores y en asegurar la conservación de la sala de autopsias, en desuso desde los años 70 del siglo XX. Ambas construcciones forman parte del proyecto original de la necrópolis que diseñó el arquitecto Justo Millán y que ejecutó otro profesional de renombre, Francisco de Paula Oliver Rolandi.

Enclavado en el paraje conocido como Madre de Dios, el camposanto municipal fue inaugurada en junio de 1900, y esta es la primera ampliación que experimenta en sus casi 125 años de historia. Forma parte de los equipamientos que se construyeron en Mazarrón en los años del ‘boom’ de la minería. En su interior alberga un conjunto de sepulturas en tierra con elaboradas rejerías de diseño modernista, además de un recinto que estuvo reservado para el enterramiento de párvulos. Al menos uno de sus panteones históricos, el de la familia Martínez Oliva, fue concebido por Víctor Beltrí. También se le atribuye a este arquitecto del modernismo el mausoleo de Francisco Povo y esposa. Con una mezcla de estilo neoegipcio y ‘art decó’, en alguna ocasión se barajó la posibilidad de recuperar este monumento funerario como panteón de hijos ilustres del pueblo, pero el proyecto municipal no acaba de arrancar.

 

La ampliación del cementerio de Mazarrón acaba con la falta de nichos para los próximos cinco años